CARTA A UN CATóLICO DESILUSIONADO DE LA POLíTICA

 

Carta a un católico desilusionado de la política

Con motivo del inicio de las campañas electorales

Las campañas electorales ya comenzaron nuevamente, es el tema en los diarios y noticieros. Percibo que hay una parte de la población que lo que menos piensa en este momento es en a quien va a elegir el 6 de junio como su diputado o presidente municipal, está más preocupado por subsistir ante la grave crisis de salud que nunca imaginamos padecer.

Sin embargo, en varias conversaciones familiares con amigos o compañeros de trabajo, comentamos que estamos cansados de promesas sin cumplir por parte de los políticos; poco creemos que una mejora en nuestra calidad de vida vendrá por parte de quienes ejercen un cargo público y en el mejor de los casos somos críticos de lo que se debería hacer. 

¿Por qué no confiamos en las autoridades que estamos a punto de renovar? ¿qué está haciendo falta para que todos aquellos que están en un cargo de representación popular cumplan a cabalidad sus funciones?

Podemos partir de la idea de lo que entendemos por hacer política, en sentido estricto la realizan quienes ejercen una responsabilidad pública, y como el ambiente es tan corrupto, no hay espacio para un laico como tú o que las personas de buena voluntad no tenemos mucho que hacer ahí. Sin embargo, la política en sentido más amplio se traduce en toda aquella acción comunitaria que se realiza con la finalidad de generar condiciones favorables para el desarrollo humano: bien común. 

Considero que nos está haciendo falta mucha cultura de participación ciudadana, que va más allá del ejercicio del derecho/deber de votar en las elecciones; es la manera en que nos involucramos cada uno en el desarrollo de nuestras comunidades como por ejemplo, además de intervenir en una pastoral específica en la parroquia, podemos participar en la sociedad de padres de familia de la escuela, ser representante de calle en nuestra colonia, delegado o miembro de un consejo de participación, acreditarnos como voluntarios en una asociación con causas concretas, entre otras muchas alternativas; y por otra parte, es clara y urgente la necesidad de una mayor formación humana para las personas que asumen una responsabilidad pública ya sean legisladores o funcionarios públicos.

La Iglesia es muy precisa y concreta sobre este llamado de salir al encuentro de los demás, haciendo política: 

“La iniciativa de los cristianos laicos es particularmente necesaria cuando se trata de descubrir o de idear los medios para que las exigencias de la doctrina y de la vida cristianas impregnen las realidades sociales, POLITICAS y económicas. Esta iniciativa es un elemento normal de la vida de la Iglesia…”(Catecismo de la Iglesia Católica No. 899)

Es así que como católicos debemos hacer una sincera reflexión del por qué estamos descepcionados de la política, será que no percibimos la presencia de personas con las que compartimos valores y creencias en favor del ser humano, y por el contrario, los laicos no nos comprometemos realmente en estos ambientes por considerarlos ajenos a nuestro compromiso cristiano, cuando en realidad es urgente nuestro actuar en estos entornos, generando anticuerpos ante todo aquello que vulnera el sentido de la política, entendida como la describe el Papa Francisco:

“Una vez más convoco a rehabilitar la política, que es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (FT.167) 

Este es un llamado para todos, votar no es suficiente, hay que tomar acción en la política en sentido amplio…..la realidad social reclama nuestra presencia como laicos en el mundo. 

En nuestra siguiente conversación podremos hablar sobre ¿por quién votar?.

Unidos en el amor de Cristo, tu hermana.

 

Por: Fernanda Rivera

Fundadora de PROCIDS, AC.

fernanda@fernandarivera.com