CARTA A UNA FAMILIA INDECISA EN PARTICIPAR EN LAS ELECCIONES

 

Carta a una familia indecisa en participar en las elecciones

con motivo de los escenarios que se vislumbran en el proceso electoral 2021

Estamos a unos cuantos días del proceso electoral y tenemos expectativas de lo que realmente puede suceder, hemos estado reflexionando en familia sobre la relevancia de la participación ciudadana en un proceso que le llamamos “intermedio” ya que en esta ocasión sólo se eligen gobiernos municipales y diputados (locales y federales), lo que históricamente nos ha demostrado que baja la participación de los posibles electores, quizá por el desinterés o el desánimo ante las situaciones difíciles que estamos pasando como familias y comunidades.

Es el momento de situarnos en el momento histórico que estamos viviendo, son elecciones que van a trazar el rumbo de nuestra vida política y social de los próximos 10 o 15 años al menos; no podemos desconocer las decisiones públicas que en muchos casos se han tomado mal y han propiciado un mayor clima de inseguridad e inconformidad de lo que a todas luces parecen ataques sistemáticos a la institución familiar o la dignidad de las personas, la ausencia de programas que apoyen la reactivación económica o las necesidades básicas para subsistir así como para atender la crisis de salud pública.

Como familias, debemos insistir en analizar las propuestas y optar por aquellos candidatos y programas de gobierno que amplíen las opciones para disminuir las brechas de desigualdad que estamos enfrentando.Los discursos que polarizan y generan división entre la población son innecesarios en este momento, se requiere mucha apertura al diálogo para enfatizar los puntos de encuentro donde podemos coincidir tanto sociedad como próximos gobernantes y legisladores. 

Entendamos que nuestro actuar en primera instancia como cristianos es mover a la participación, de la oración a la acción, buscando en todo momento animar a nuestros familiares y amigos a no ceder ante la indiferencia.

Como hemos dicho este próximo proceso es sumamente relevante porque va a definir el rumbo que tomarán por una parte las cámara de diputados (tanto local como federal), que es en donde se aprueba entre otras cosas el presupuesto y los programas a implementar por parte de los gobiernos; y los legisladores que alcancen la mayoría serán quienes nos representen para tomar las decisiones que nos afectarán en el siguiente año en materia de salud, medicamentos, programas sociales, inversión pública, impulso a la economía familiar, apoyos al campo, impuestos y una importante relación de temas que nos afectan en la vida cotidiana. 

Por ello quienes estén ahí deben representar lo que pensamos y queremos se atienda como prioridades. 

Por otra parte, recordemos que la elección de presidente municipal implica elegir un programa de gobierno concreto, con políticas que directamente inciden en nuestro día a día como son reglamentos, servicios públicos, agua y seguridad pública entre los más relevantes.

Exijamos a nuestros proximos gobernantes y legisladores su compromiso con una mayor justicia social, entendida éste como las condiciones en igualdad con las que cuenten las personas para desarrollarse y mejorar su calidad de vida; no se trata de imponer un sistema igualitario sin considerar a quienes pueden generar mayores condiciones de bienestar, o dejar en estado de indefensión a quienes por sus propios medios no tienen lo indispensable para vivir; el gobierno debe buscar equilibrar y regular las relaciones sociales para que estas brechas de desigualdad se vayan cerrando, donde los principios de la solidaridad y la subsidiariedad sean el pan nuestro de cada día y no la excepción.

En México no queremos comunistas que pretendan imponer un estado totalitario que controle la vida de las familias y la economía, ni tampoco un sistema liberal que en aras de la salvaguarda de las libertades imponga ideologías contrarias a la dignidad de las personas o incremente las desigualdades. Las familias queremos más acciones y menos ideologías impuestas, menos polarización y más solidaridad; en definitiva, más oportunidades de desarrollo para vivir en condiciones de paz. 

Sigamos siendo agentes impulsores de la paz que nos brinda la confianza en el Resucitado y su amplio legado traducido en los documentos de doctrina social de la Iglesia, así como en el propio Catecismo de la Iglesia Católica, del cual termino citando una breve referencia y te invito a leer completo el apartado específico:

“La justicia social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre. La persona representa el fin último de la sociedad, que está ordenada al hombre…” (CIC 1929)

Con confianza renovada en el amor de Cristo, me despido tu hermana,

 

Fernanda Rivera

Fundadora de PROCIDS, AC.