Carta a los católicos para reflexionar sobre los extremismos políticos
con motivo de algunas confusiones derivadas de la confluencia de actores políticos, nacionales e internacionales, pertenecientes a diversas corrientes ideológicas en el Senado de la República (septiembre 2021)
En diversas ocasiones hemos comentado sobre la importancia de nuestra presencia como católicos en la vida social y comunitaria, me refiero a ese saber estar y decir lo que desde nuestras convicciones hemos llegado a hacer un modo de vida, esto es, buscar vivir los valores del Evangelio en cada ámbito donde nos encontremos.
Es lo mismo al hablar de lo que se espera de los católicos que tienen una responsabilidad en el ámbito público, debemos distinguirnos por ese sello característico que invita al encuentro con el otro, al diálogo, a la generación de puentes aún en circunstancias en donde las posiciones pueden suponer posturas contrapuestas en aspectos específicos.
La polarización no es tarea nuestra, generalmente los “ismos” representan eso, posiciones que no son compatibles con otras, que provocan distanciamiento, aislamiento y muchas ocasiones enfrentamientos; por ello debemos ser cautos para no caer en las trampas de las ideologías que limitan el auténtico espíritu cristiano de buscar la verdad y hacer el mayor bien posible en nuestras manos.
El marxismo, así como el liberalismo, los nacionalismos o los populismos exacerbados, y cualquier corriente de pensamiento que se vaya a los extremos irreconciliables con una auténtica justicia social, no pueden ser fruto de la vivencia de una doctrina social como la que representa la riqueza del magisterio de la Iglesia.
No nos debemos de extrañar que en ocasiones no tenemos todo el contexto para juzgar hechos políticos, sin embargo, si los analizamos a la luz de lo que algunos pastores nos invitan a ejercer esta vocación hacia lo público con “valentía creativa”, concretamente lo escuchamos en boca del Cardenal Pietro:
“Acción política y acción de los políticos, una dimensión antropológica fundada, que pone al centro la persona, una exacta idea de justicia a la que se le reconoce el valor de regulador social, y una política coherente” y continúa “la verdadera amistad social y la cultura del encuentro no son aspiraciones, sino certezas capaces de orientar la acción de todos y cada uno hacia el bien común” (Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, 7 de septiembre, periódico La Razón, Madrid, España, en el marco del II Encuentro de Líderes Católicos Latinoamericanos).
No nos escandalicemos entonces del hecho que varios políticos se reúnan a dialogar, sino exijamos que las propuestas radiquen en los como erradicar las injusticias y desigualdades sociales, que tanto daño hacen a la persona y comunidades que las padecen, en el cómo alentar la inclusión y el cierre de brechas. ¡En eso si no hay que cejar en nuestro empeño!
Espero tus comentarios, permanezcamos unidos en el amor de Cristo. Tu hermana,
Fernanda Rivera
Fundadora de Promoción Ciudadana para el Desarrollo Solidario AC (PROCIDS)
Contacto: procids@gmail.com
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