PACTO EDUCATIVO GLOBAL, PONIENDO A LA PERSONA EN EL CENTRO

 

 

 

 

 Pacto Educativo Global, poniendo a la Persona en el Centro

 


“Reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión.”

Papa Francisco

 En el contexto incierto y complejo al que nos confronta la realidad que vivimos, Papa Francisco ha propuesto, dentro del Pacto Educativo presentado en octubre pasado, 7 compromisos a ser considerados por padres y educadores al trabajar por una educación para el desarrollo humano en la que se considere al hombre que debe formarse y, por ende, el tipo de sociedad. La educación ha de ser propiciadora del desarrollo integral de la Persona colocándola en el centro y favoreciendo su encuentro fraterno con los otros miembros de la comunidad.

Compromiso 1- Poner a la persona en el centro Contra la cultura del descarte, poner en el centro de todo proceso educativo a la persona, para hacer emerger su especificidad y su capacidad de estar en relación con los demás.

El proceso educativo para el óptimo desarrollo, debe propiciar el diálogo con la cultura y la multiculturalidad. Es necesario orientar la diversidad cultural hacia una propuesta educativa global, una educación para la ciudadanía que promueva la convivencia, la participación, la cohesión social, la inclusión, estimulando el sentido de pertenencia, como satisfactor de la necesidad de identidad. Para hacerlo posible SS nos propone la vivencia de valores, en especial:

1. Respeto y valorización de la identidad de cada persona, sin discriminación.

2. Educación a una formación integral que valorice todas las dimensiones de lo humano. 

3. Defensa de los derechos universales e inalienables de cada persona.

Es importante considerar que una visión humanista de la educación exige de los educadores “una posición filosófica y existencial que movilice nuestras prácticas hacia la construcción de nuevos saberes, nuevas formas de comunicarnos, nuevos métodos, nuevas formas de ser y de actuar con y junto al otro, que reflejen en forma explícita el tipo de educación que ofrecemos en nuestra práctica diaria” (Ospina Rave, 2008). 

¿Cómo hacerlo? Conociendo la Carta de los Derechos Humanos Universales, garantizando la igualdad de oportunidades sin discriminación alguna y cuidando a todos, con especial atención a los más frágiles, con una formación integral que valorice todas las dimensiones de la persona, incluida la espiritual.

 

Dra. Ma. Angélica Rosas Rivera

Gestión e Intervención Educativa

Dimensión Educativa y de Cultura