HOMILÍA EN EL XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

August 13, 2023


HOMILÍA EN EL XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

«Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos»

 

Muy queridos hermanos, hermanas, en Cristo Jesús:

Como todos los domingos, saludo a los que están ustedes aquí en la Catedral de Corpus Christi y también a las personas que nos siguen desde distintos lugares; a todos les deseo que tengamos la experiencia de un Dios cercano y misericordioso.

Este domingo podemos partir de unas preguntas: ¿Cuál es nuestra experiencia de Dios?, ¿qué idea, qué vivencia tenemos de Dios? Sin duda que hoy la Palabra de Dios nos ayuda a comprender que Dios es alguien cercano a nosotros, que quiere estar cercano a nosotros. Lo vemos en la primera lectura que escuchamos, cómo el profeta Eliseo andaba huyendo, porque los profetas siempre decían la verdad, y eso incomoda a muchos, y venían momentos de crisis, momentos difíciles, y Eliseo sube al Monte Horeb, al Monte Sinaí, donde precisamente se le habían entregado las tablas de la ley, los diez mandamientos, a Moisés. Dios se le aparece a Eliseo, que estaba escondido en una cueva en el monte sintiendo esa soledad, pero hay varias manifestaciones de la presencia de Dios. Y después Eliseo experimenta paz, experimenta serenidad, porque Dios siempre da la paz y la serenidad.

Lo mismo sucede en el Evangelio, cómo Jesús en el mar de Galilea les da paz a sus discípulos. Es un pasaje muy interesante que nos ayuda a ver la cercanía de Dios, pero que nosotros sintamos esa cercanía, que no sintamos a un Dios en las nubes, un Dios lejano, sino un Dios que nos anima, «¿Qué no estoy yo aquí? ¡Ánimo!» Resulta que el Evangelio se desarrolla después de la multiplicación de los panes, aquel extraordinario milagro donde Jesús dio de comer a más de 5000 hombres, después de haberles predicado el Reino de Dios les da de comer, y fue un milagro muy comentado. Seguramente Jesús estaba cansado y entonces les dice a sus discípulos que se vayan en la barca hasta la otra orilla y mientras Él sube al monte para hacer oración. Encontramos a Jesús haciendo oración después del milagro.

Pasa buen tiempo y esa noche es una situación complicada porque hay mucho viento en contra en el mar de Galilea. Ahí en el mar de Galilea a veces las olas suben 2 metros de altura, y esa era una noche de ese tipo. Entonces, Jesús, después de hacer oración, camina sobre el mar, sobre las olas. Los apóstoles, los discípulos, aunque eran expertos, porque casi todos eran pescadores, pues sí tenían miedo, porque las olas estaban muy encrespadas. Y entonces Jesús se va caminando por las olas y ellos se asustan, porque creen ver un fantasma. Y entonces Jesús les dice: «Yo soy». Como siempre, Pedro reacciona muy rápido y le dice: «Si eres tú, mándame ir caminando».

Vemos esa escena donde el Señor lo llama, Jesús lo llama, y Pedro empieza a caminar sobre el agua, sobre el mar, pero hay un momento que duda y tiene miedo y se empieza a hundir. De tal manera que Jesús va y le da la mano y le hace un reclamo, porque le dice: «Hombre de poca fe, ¿qué no te estoy yo diciendo?» Y entonces después Jesús sube a la barca con sus discípulos. Ahí vemos nuevamente a un Dios, Jesucristo Nuestro Señor, cercano, le da la mano y anima, les dice: «¿No recuerdan lo que les dije: ‘Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos’?.

Esa frase es muy importante, porque la barca es un símbolo que representa a la Iglesia y cómo la Iglesia, que lleva XXI siglos, también tiene momentos muy difíciles, a veces parece que el mar está tranquilo, pero otras veces hay muchos muchos problemas. Es bonito cuando uno estudia historia de la Iglesia, porque uno va viendo todo el tiempo, estos XXI siglos. Pero está la frase de Jesús, y más que frases una vida: «Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos», y hay veces que parece que la barca naufraga, parece que la barca se voltea, la Iglesia, esta Iglesia que somos todos, momentos de persecución, momentos difíciles, pero no, ahí está Jesús, cercano, para animarnos a caminar siempre adelante.

Ojalá que hoy tengamos la vivencia de que Jesús es alguien cercano a nosotros. Jesús no es una idea, Jesús es una persona, verdadero Dios y verdadero hombre que al encuentro con nosotros cambia nuestra vida y nos da seguridad y nos da paz en nuestra vida. Pues que sea para nosotros una experiencia de un Dios misericordioso, que perdona, un Dios cercano, un Dios que nos anima a construir su Reino. Así sea.

 

+José Antonio Fernández Hurtado
Arzobispo de Tlalnepantla