“¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino?”
En esta segunda lectura del apóstol Santiago, encontramos una aparente contradicción, si observamos al inicio nos dice: "no hay que tener favoritismos, no hay que hacer distinción de personas y se refiere concretamente a las clases sociales ricas y a las clases sociales pobres". Nos advierte que no hay que hacer favoritismos y nos recuerda que Dios ha elegido a los pobres, ¿dónde quedaron los ricos?, es una aparente contradicción, por eso es interesante entenderla claramente, a lo que se refiere el apóstol Santiago, es, que debemos tener una actitud abierta, fraterna con todo tipo de personas, a nadie tenemos que descartar ni marginar. Pero para construir esta fraternidad solidaria, necesitamos tener la sensibilidad de ver las necesidades del prójimo que sufre, del que pasa hambre, del que esta sin vivienda, del que está necesitado de atención de su salud y nos hay quien lo socorra, ––del pobre––.
Hay que tener apertura con todos, pero predilección como nos lo dice la Iglesia en su magisterio Latinoamericano y que ha sido asumido por el Papa Francisco con toda claridad; una opción preferencial por el pobre. No es un favoritismo, sino que es la necesidad, que atendiendo a quien necesita de nuestra atención, ahí creceremos en nuestra relación y comunión con Dios, somos los primeros beneficiados, cuando nos encontramos con nuestras necesidades básicas satisfechas, sin embargo, vemos a alguien que no las tiene y con sensibilidad ayudamos con lo que podamos a este pobre o a estos pobres, ¡encontramos a Dios!
Ahora bien, también es importante descubrir que el pobre necesita encontrarse con Dios, no sólo con alguien que le muestre afecto, que pueda auxiliarlo y eso es lo que se produce en el encuentro fraterno. De aquí la predilección por los pobres que nos menciona el apóstol, Jesús nos dejó en claro: "lo que le hagan a uno de estos pequeños necesitados me lo hacen a mí". Por ello, si esto lo debemos vivir como personas, como familias, como pequeñas comunidades o como personas que estamos más comprometidos, con mayor razón como Iglesia lo tenemos que hacer, ––quiero decirles con toda claridad de mi parte, como Arzobispo de Tlalnepantla, que desde la visita pastoral que he hecho a esta zona II, he visto la necesidad de hacer la opción preferencial por esta zona en la atención pastoral––. Como Iglesia diocesana asumir este compromiso de atender esta zona que es la que tiene más necesidad pastoral, porque encontrándonos así podremos hacer crecer un dinamismo entre quienes están en la pobreza, con los recursos que podamos hacer llegar tanto humanos, económicos, educativos crecer juntos. No se trata de traer una Hada Madrina a esta zona, que con una varita mágica cambie todas las condiciones de vida de nuestras comunidades, esto no resolvería lo que Dios quiere atender, Él quiere crear una sociedad solidaria, fraterna, que exprese el Reino de Dios, la presencia misma de Dios. Por eso hay que cuidar, que en ocasiones es necesaria la ayuda inmediata que tenemos que dar, lo que llaman programas asistencialistas, sin embrago, hay que darle prioridad a los programas de formación para generar la conciencia de la propia dignidad humana de cada uno de nosotros.
Esta es la razón por la que aquí en la zona II ha nacido en Jesús de Nazaret, en el corazón de Chamapa, la primera comunidad sacerdotal; cuatro sacerdotes que viven en comunidad para atender cinco parroquias, hoy nace esta nueva comunidad; tres sacerdotes que atenderán cuatro parroquias. Hemos llamado también, y con gran alegría han aceptado esta invitación para venir a esta zona y vivir con nosotros a esta nueva comunidad de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María del instituto Ravasco, vivirán en la casa cural de la parroquia de San Luis Obispo, integrarán esta comunidad cuatro hermanas, atenderán pastoralmente estas cuatro parroquias más el decanato y próximamente el lunes 21 de septiembre a las 6:00 pm en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores en la Parroquia del Sagrado Corazón recibiremos una nueva congregación de hermanas religiosas para sumar fuerzas en el trabajo pastoral de esta zona.
De esta manera estaremos haciendo esta opción preferencial por la zona II de nuestra Arquidiócesis, será la zona que ayudaremos a crecer, como respuesta de lo que yo ya he experimentado a lo largo de mi Visita Pastoral; el ánimo, el entusiasmo de querer trabajar para que el Reino de Dios se manifieste con fuerza en estas 32 parroquias que conforman esta zona II, esta es la encomienda P. Salvador, ––hermosa encomienda––, hacer comunión con los sacerdotes que se encuentran al servicio de esta Vicaria Episcopal II, así, haremos este milagro que Jesús hizo en el Evangelio, como lo escuchamos, en una persona que era sorda y por no escuchar era mucha, no podía hablar, no se podía comunicar con los demás. En general nuestra sociedad, no sólo esta zona tiene muchos casos de sordera y de mudez, la Palabra de Dios nos ayudará en la medida que le permitamos entrar en nuestro interior, que seamos capaces de escucharnos los unos a los otros, que seamos capaces de comunicar lo que hay dentro de nuestro corazón, lo que el Señor a través de su Espíritu promueve en nuestro interior, además, que lo pongamos en práctica para vivir en el amor, la caridad, la vida de Dios.
Eso es lo que celebramos ésta tarde, por eso me alegra que también ustedes como yo estemos alegres, contentos y agradecidos con el Señor y le pidamos con toda la fuerza que su Espíritu sea el que anime y conduzca a nuestras 32 comunidad parroquiales para manifestar la presencia de Dios en medio de nosotros. Finalmente quiero agradecer a quien abrió camino en estos cinco años, al P. Alejandro Tinoco, aquí en esta parroquia y antes en San Agustín, ejerciendo también como Vicario Episcopal, gracias por este esfuerzo de reunirnos, de prepararse para esta visita pastoral que para mí fue una hermosa experiencia y que me abre los ojos en el conocimiento de la realidad pastoral de la Arquidiócesis y que ahora gracias a Dios voy terminando, ayer cerrámos la zona IV, sólo nos queda la zona V de la visita pastoral.
Que el Señor nos ayude a todos a crecer en la fe, animados por esta esperanza de que el Él camina con nosotros, nos asiste con su Espíritu y así podamos vivir el amor, la caridad, teniendo apertura de mente y corazón para que hagamos una sociedad fraterna en medio de nosotros. Que así sea.
+Carlos Aguiar Retes
Arzobispo de Tlalnepantla