HOMILÍA VISITA PASTORAL PARROQUIA: "SAN BENITO ABAD" ZV D2

December 31, 1969


HOMILÍA VISITA PASTORAL PARROQUIA: "SAN BENITO ABAD" ZV D2

 

“Me han dicho que posees el Espíritu de Dios”

El rey Baltasar, hijo del rey Nabucodonosor, hombre que recibe un reino en plenitud, llega a gobernar con un poder absoluto sobre pueblos y personas, su padre le ha dejado inmenso territorio de poder y como lo hemos constatado en diferentes etapas y diferentes pueblos imperiales en el mundo, a este tipo de personas el poder absoluto los corrompe, los lleva a una insensibilidad en relación con su pueblo. 

Se creen dioses y se llenan de miedo cuando sucede algo sorprendente que esta fuera de su control; como lo hemos escuchado en la lectura: “estaba Baltasar en un gran banquete en honor de mil de sus funcionarios y se pudo a beber con ellos, animado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre Nabucodonosor había robado del Templo de Jerusalén”, ––objetos que para el pueblo de Israel eran sagrados pues estaban dedicados al culto divino––. A Baltasar que es dueño y señor, no le importa lo que el pueblo sienta respecto a ese respeto por las cosas consagradas a Dios ––él se siente más que Dios––, estando en este banquete; “de repente aparecieron unos dedos de una mano que se pusieron a escribir en la pared del palacio detrás del candelabro y el rey veía como iban escribiendo los dedos, entonces el rey se demudó, la mente se le turbó, le faltaron las fuerzas y le empezaron a temblar las rodillas”, algo que no estaba bajo su control lo atemoriza. 

Una cosa tan sencilla; ver que algo se está escribiendo, pero como no se sabe quien lo está haciendo y quizá el rey Baltasar debido a las copas que había bebido, se imaginó una situación terrible. Ante tal evento recuerda que hay un joven judío que está sirviendo en la corte de quien le han informado que interpreta visiones y ante la incomprensión de lo que esos dedos escribían en el muro, inmediatamente el rey mandó traer a Daniel y le dice: “Me han dicho que posees el Espíritu de Dios, inteligencia, prudencia y sabidurías. Me han dicho que puedes interpretar los sueños y resolver los problemas”, dime que significan esos dedos y lo que están escribiendo en la pared”. Daniel los interpreta de una manera que desde luego no le agrada al rey, sin embargo, coherente con su ser, un joven que adoraba al verdadero Dios y que servía con ese espíritu a Dios le da a conocer la terrible realidad; lo que dicen esas palabras es que: tus días están contados, que has hecho muy mal, no tienes el peso que se requiere para gobernar y por tanto tu reino se acabará, será dividido y entregado a otros reyes que son tus enemigos. ¿Qué nos enseña esta lectura?

Nunca debemos de perder de vista la dignidad de las personas, sus creencias, sus convicciones, ––particularmente religiosas––, hoy a esta realidad se le llama; “derecho de la libertad religiosa”. Hemos visto en estos últimos días las noticias, que unos radicales han hecho ataques terroristas en Europa y en África, aparentemente son terroristas radicales que han llevado al fanatismo su religión, pero los analistas que van al fondo de los hechos, dicen que las causas que están produciendo esto: son reacciones ante quienes ven que su religión está siendo desbordada y no hay otra manera de hacer valer su fe. 

Los fanatismos religiosos son dañinos, estos, siempre tienen una raíz que para muchos es difícil descubrir, en ocasiones lo que ésta en el fondo es; la injusticia, las heridas no sanadas, los sufrimientos que no han sido redimidos y eso provoca muerte y terror.  Esto es lo que sucedió con el rey Baltasar, no tuvo respeto por las convicciones religiosas de los israelitas que se llevaron desterrados a Babilonia y profanó todos los cálices y los vasos sagrados del templo de Jerusalén como si fueran copas de vino para usarlos en medio de una borrachera.

Por tanto, el respeto a los demás, a la dignidad de la persona humana que nos merece toda creatura y el respeto a las convicciones religiosas es algo que siempre debemos tener en cuenta y valorar. Cuando somos coherentes con lo que creemos y además descubrimos que ese camino de relación con Dios nos lleva a una sana tranquilidad y a una paz interior que nos llena de alegría, ––no las situaciones que causan alegrías efímeras, por ejemplo, ir al cine, una reunión con los amigos, un paseo a la ciudad que siempre hemos deseado estar––, son efímeros, claro que son goces legítimos pero son pasajeros. La felicidad y la paz interior la logramos cuando entramos en armonía con nuestro creador y conforme a la voluntad de nuestro Padre Dios descubrimos que los demás son el magnífico regalo que nos ha dado para que sean nuestros hermanos. 

Cuando escuchamos su voz y vivimos conforme a ella, siempre seremos felices aun en los contextos más adversos, por eso en el Evangelio de hoy, Jesús nos advierte: “los perseguirán y los apresarán, los llevaran a los tribunales y a la cárcel, los harán comparecer ante gobernadores”, no se preocupen darán testimonio de mí y añade Jesús: “no tienen que preparar de antemano su defensa, el Espíritu de Dios les dará las palabras para su propia defensa”, pueden experimentar traición entre los más cercanos, padres, hermanos, parientes, amigos, sin embargo, si se mantienen firmes conseguirán la vida. 

Así es importante mantenernos firmes, continuar creciendo en nuestra fe, seguir transmitiendo la alegría de nuestras propias convicciones, seguir creyendo en quien nos da vida y vida en abundancia ¡Jesucristo! el Maestro, el Señor de la historia y de la vida. Por esto, con corazón agradecido los invito a que nos unamos en esta intención: ¡gracias Señor, por esta familia que tengo, por esta comunidad parroquial, por esta Iglesia de Tlalnepantla a la que pertenecemos, por esta fe y esta comunión que nos regalas para vivir unidos con toda la Iglesia! Digámoslo así desde el interior de nuestro corazón al Señor Jesús en esta Eucaristía. Que así sea. 

+ Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla