Homilía del 20 de octubre de 2024

October 20, 2024


Homilía del 20 de octubre de 2024

 

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

Muy queridos hermanos, hermanas, en Cristo Jesús.

Quiero saludarlos a todos ustedes, y también a los que están siguiendo esta transmisión. Que la palabra de Dios fortalezca nuestro corazón, nuestra vida, para seguir el seguimiento de Jesucristo nuestro Señor.

Siempre la palabra de Dios tiene alguna idea central que debemos llevárnosla también nosotros, algo muy concreto para mejorar nuestra vida como persona, nuestra vida como cristianos. Y hoy quiero expresar dos ideas, una es el servicio, y la otra es la misiones.

La lecturas hoy ponen de manifiesto de qué importante es ser servidores. Jesucristo es el máximo modelo, Él es el modelo para todos nosotros, Él es el servidor del padre; y si nosotros vemos los evangelios, vamos a descubrir que toda la vida de Jesús fue servir a sus semejantes. Incluso el servicio hasta sus últimas consecuencias, de dar su vida en la Cruz por todos y cada uno de nosotros. Por eso hemos platicado en otras ocasiones, como una característica muy importante del cristiano es el servicio. Ser servidor de los demás. 

Acabamos de escuchar el Evangelio, y vemos que se le acercan a Jesús, Juan y Santiago, dos hermanos, dos de los discípulos, y le piden un favor: te queremos pedir una cosa, maestro; que cuando estés en tu reino, uno se siente a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús le responde que eso no le corresponde a él designarlo, y que tienen que pasar también por varios sufrimientos, si los podrán pasar, que sí es posible, se refiere a su pasión. Y ellos, los discípulos, también sufrieron la pasión de Jesús, todo el ver lo que sucedió hasta la muerte en la Cruz; pero les dice eso de estar a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde. Y se pone después ya de una manera muy familiar, muy coloquial, a platicar con sus discípulos. Por cierto, los otros diez discípulos se enojaron, por la petición de estos dos, y Jesús les enseña y les dice —Miren, el que quiera ser el primero debe ser el servidor, debe ser esclavo de los demás. 

Ya en otra parte del Evangelio escuchábamos como un día iban discutiendo por el camino los discípulos, quién era el más importante de ellos, y Jesús también les vuelve a decir —El que quiera ser el más importante, el que quiera ser el número uno, el primero, debe ser el servidor de los demás. Y todavía esa enseñanza se las vuelve a dar en la última cena, cuando se puso a lavarle los pies y ellos no querían, ¿verdad?; pero los convence, y después de lavarles los pies les dice —Miren, lo que yo acabo de hacer con ustedes, si me dicen maestro es cierto, pero lo he hecho para darles ejemplo, de que ustedes deben servirse los unos a los otros. ¡Qué importante es el servicio! Todos los días tenemos oportunidad de servir, y yo estoy seguro, y les preguntaría ¿Cuándo servimos nos sentimos contentos o tristes? Claro que nos sentimos contentos, felices, alegres; a veces nos sentimos cansados, fatigados, pero cuando servimos sin ningún interés, cuando servimos queriendo el bien de los demás, experimentamos una gran alegría de nuestro corazón. Hay más alegría cuando uno da, que cuando uno recibe. Yo creo que eso es bien importante que nosotros, cada uno hagamos nuestro examen de conciencia y nos preguntemos, ¿si solamente nos gusta que nos sirvan o nos gusta servir a los demás? Se tiene la oportunidad de servir en la misma familia, en nuestra casa, en nuestro hogar, se puede servir en el trabajo, en la escuela, en los grupos apostólicos se puede servir; y hoy el Señor nos está diciendo que estamos invitados a poner esta virtud en práctica. Yo creo que nuestro mundo estaría muy distinto, muy diferente, si nosotros nos dedicáramos a servir. Por eso decíamos aquella frase, que la conocemos mucho, "el que no vive para servir, no sirve para vivir". El que no vive para servir, no sirve para vivir. Ojalá que salgamos, nosotros, con ese deseo de ser servidores de la palabra de Dios, ser servidores los unos de los otros.

Por otro lado, queridos hermanos, hoy se celebra en toda la iglesia universal lo que se llama el DOMUND, ¿Qué significa esta palabra DOMUND? Domingo Mundial de las Misiones. Hoy sobre todo tenemos que pensar en que nosotros tenemos que ser discípulos y misioneros, y decimos que la misión empieza en nuestra propia casa, en nuestra colonia, en nuestra sociedad; pero también hoy pedimos por aquellos que van a tierras lejanas, que encuentran muchas dificultades y que necesitan también de recursos económicos, necesitan también de nuestra oración, para que cumplan con esta misión de ser sembradores de la palabra de Dios. Hace días tuve la oportunidad de platicar con algunos misioneros, algunos están en Japón, otros están en Corea, otros En África, otros están en Brasil, en lugares necesitados; y como ellos, dejando su familia, su patria, salen para llevar el Evangelio de Jesucristo. Por eso hoy la colecta que se recaude en todas las Iglesias, todo México, va destinado para mandarlo a esos lugares ad gentes, a esos lugares donde van misioneros y misioneras a llevar la palabra de Dios. Pero también nosotros somos misioneros y misioneras, heraldos de la palabra de Dios, embajadores del Señor, para ser sembradores de amor, sembradores de paz, sembradores de la palabra de Dios.

Pues que el Señor hoy nos conceda esa virtud de ser serviciales, ¡Qué grande es una persona que es servicial! ¡Vale mucho una persona que es servicial! Que seamos servidores y también seamos esos misioneros que anuncian la palabra del Señor.

Así sea.

Mons. José Antonio Fernández Hurtado
Arzobispo de Tlalnepantla