HOMILíA V JUEVES DE CUARESMA VISITA DE LOS SEMINARISTAS DE LA ETAPA DE DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

December 31, 1969


HOMILíA V JUEVES DE CUARESMA  VISITA DE LOS SEMINARISTAS DE LA ETAPA DE DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

 

“Ésta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos.”

La “alianza”, es uno de los ejes que asumiremos para nuestra reflexión. Primeramente hay que recordar el tipo de alianza que hace Dios con su pueblo, ésta que nos presenta la primera lectura se llama: “la alianza de Abraham”, es unilateral y se distingue de la alianza del Sinaí, es decir, la alianza de Moisés, que Dios después establece con su pueblo liberado de Egipto, es una alianza bilateral.

¿Qué significa? Que aquí en ésta alianza como lo hemos escuchado, Dios no le pide nada a cambio a Abraham, se lo ofrece todo, le dice: “Yo te haré padre de una multitud de pueblos”, Abraham podría haber dicho ¿y yo qué tengo que hacer?, ¡nada! Creer en esta alianza, por eso es unilateral, el único que se obliga es Dios, a la otra parte lo único que se le pide es “responder”.

La alianza Sinaítica, en cambio, ––entre Dios y Moisés––, claramente se dice: si tú no cumples determinados mandatos, entonces atente a las consecuencias, ésta es una alianza bilateral, y en la historia del pueblo de Israel, según lo cuenta el antiguo Testamente, no cumplió su parte. La tragedia del exilio, la interpretó bien el pueblo: “hemos quebrantado la alianza y Dios nos ha abandonado porque no la cumplimos, lo merecimos”, la destrucción de la ciudad, del templo y la esclavitud en Babilonia es consecuencia de haber quebrantado la alianza y es en eso momento de la tragedia, del rompimiento, del abandono, ––textos que encontramos en el segundo Isaías––; “aunque una madre abandonará a su hijo, yo nunca te abandonaré”.   

Entonces, Israel recupera la conciencia de la Alianza de Abraham, que está fundamentada en el amor, qué otra cosa puede describir, explicar que Dios haya hecho una alianza con Abraham sin pedirle nada a cambio, sino solamente esperando su respuesta, qué hace un novio con su novia cuando le dice ¿quieres ser mi esposa?, espera la respuesta ––si––, eso es todo, es una respuesta nacida del amor.

Dios ha hecho esta alianza con el hombre nacida del amor y cuando Jesucristo renueva la alianza, por eso decimos que es una nueva alianza y eterna, ––nueva en relación a la Sinaítica que está quebrantada, pero recupera la alianza de Abraham––, San Pablo en la carta a los Romanos nos dirá, que la alianza de Abraham es la que sigue valiendo, es la alianza en la que Dios manifiesta su amor por nosotros.

Jesucristo se entrega hasta la muerte para manifestar que así es, que Dios no nos ha abandonado, por eso es hermoso recordar esto que leemos: “serás padre de una multitud de pueblos, padre de muchas naciones”, ¿qué pensaba el pueblo de Israel? que era el pueblo escogido, en un primer momento pensaron que su Dios era uno entre muchos otros dioses y que era mucho más poderoso y así se convertían en los elegidos de Dios Yahvé. Después en el exilio se dieron cuenta que no hay muchos dioses, sino uno solo y este uno nos eligió a nosotros porque todos los otros pueblos y naciones se vendrán dice el profeta Zacarías: “van a pedir pertenecer al pueblo judío”, pero era más que eso la afirmación “te he constituido padre de muchas naciones”, es decir, el amor por este pueblo no es exclusivo, sino es el amor para todos los pueblos. El llamado que Dios hizo a Israel, no era para que se sintieran privilegiados, sino para transmitir su amor a los demás pueblos y en esto fallaron, y surge Cristo.

Esto es lo que Jesús está tratando de explicar a los judíos en el Evangelio que hemos escuchado, “Abraham, el padre de ustedes se regocijaba con el pensamiento de verme, me vio y se alegró por ello”, los judíos le replicaron: “no tienes ni 50 años y dices que has visto a Abraham”, ––no entienden nada––, mientras que los judíos se quedan en un nivel material, “con tus ojos has visto a Abraham”, eres un mentiroso, ¡no!, Jesús dice: “se regocijaba con el pensamiento de verme, porque yo estoy cumpliendo la alianza prometida a Abraham y renovándola, se regocijaba con el pensamiento de verme porque estoy cumpliendo el amor del Padre por ustedes”, por eso también les dice: “les aseguro que desde antes de que naciera Abraham, Yo soy", Cristo es la imagen visible de Dios Amor.

Que no nos pase a nosotros, porque la tentación de creernos privilegiados de un amor exclusivo de Dios se presenta una y otra vez, si Dios nos ama, nos acompaña y nos hace crecer es para que transmitamos esa experiencia, ¡por eso es tan hermoso compartirla!, no quedarse con la experiencia escondida en mi corazón, sino decirla, transmitir que efectivamente he experimentado el amor de Dios, así, no sólo damos a conocer el verdadero Dios, sino que también estamos cumpliendo la misión de la Iglesia, ––hacer crecer a la sociedad, a los pueblos, a las naciones en el amor de Dios––.

Esto que me ha pasado a mí, te puede pasar también a ti si abres tu corazón, no es sólo para mí, también tu estas llamado, Jesús dijo en otro pasaje de la escritura: “todos están llamados a ser mi discípulos”, es decir, todos seréis discípulos de Dios.

Que el Señor nos dé su Espíritu para mantenernos siempre en esta alianza unilateral ––la alianza de Abraham renovada en Jesucristo––, esto es lo que celebramos en la Eucaristía, esta renovación, actualización de nuestro si a Dios que se hace presente, de nuestra respuesta de decirle, quiero corresponder a tu amor y hoy de esta manera al entregar su carta, ––donde manifiestan continuar su formación en el seminario––, vívanlo, díganle al Señor ¡ésta es mi respuesta, hoy te respondo así, “aquí estoy” como le dijo Abraham a Dios, él creyó en la promesa que el Señor le hacía. Que así sea.                                                                                                                

+ Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla