HOMILíA DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

December 31, 1969


HOMILíA DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

 

Homilía Domingo XXII del Tiempo Ordinario

28-Agosto-2016

 

Hazte tanto más pequeño, cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor.

 

En este Domingo la Palabra de Dios presenta en la primera y segunda lectura, actitudes y caminos para la relación con Dios. En el Evangelio presenta actitudes para la relación con los demás, con el prójimo, de manera que se establece este dinamismo de relación, del hombre con Dios y del hombre con los hombres.

 

El primer texto del Antiguo Testamento, ya muy cercano en el tiempo a la llegada de Jesucristo, probablemente un siglo antes. Se recogen estos consejos y esta sabiduría propia de todo el pueblo de Israel que ha recorrido siglos tratando de encontrarse con Dios.

 

Hoy el texto dice: hijo mío en tus asuntos procede con humildad y te amaran más que al hombre mentiroso, hazte tanto más pequeño, cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor, porque solo Él es poderoso y solo los humildes le dan gloria.

 

El texto recomienda la actitud de humildad, que consiste en reconocer la propia condición humana de Ser Creado (Ser creatura), ante la condición de quien ha creado, del Ser Divino (Ser Creador). ¿Por qué se tiene que ser humilde ante Dios? Porque jamás se igualará el hombre con Él.

 

¿Quién de los hombres puede considerarse capaz de crear el Universo, los astros, este planeta, de generar la vida de la nada en sus distintas dimensiones: vegetal, animal, humana?

 

¿Cada uno de los presentes ha soñado alguna vez con esa capacidad? Aún soñándola, ¿han pensado cómo crear todo éste sistema de vida, y las relaciones que llaman los científicos de cadenas ecológicas, desde lo microscópico a lo macroscópico; es decir, que los insectos y las células que están en cada cuerpo, tengan que ver con el funcionamiento general del Universo? Solamente la mente divina pudo haber creado todo, el Dios Creador es el hacedor de cuanto existe.

 

Con  humildad el hombre debe reconocerse como una pequeña creatura, ante este ser portentoso: Dios Creador. Porque cada persona tendrá más capacidades, y mientras mejor y cualificada educación reciba, podrá desarrollar mejor las habilidades, cualidades y podrá poner en servicio el entendimiento en favor de la investigación científica, pero jamás podrá el hombre igualar a Dios. Éste es un primer paso, reconocerse creaturas humildes ante Dios.

 

El segundo paso que insinúa el texto es la humildad puesta también en relación con los demás, porque el Ser humano si reconoce la relación con una actitud humilde ante Dios, se capacita también para valorar el desarrollo del prójimo. Reconocer a quien ha logrado mayor desarrollo en su inteligencia, habilidades físicas. La humildad, también ayudará a las relaciones con los demás.

 

Hay algo más extraordinario que muestra la segunda lectura. Sin dejar de reconocer que el Universo, la Creación, el planeta Tierra es una casa formidable y bella que creó Dios para el hombre; sin embargo, dice el texto, ustedes se han acercado a Dios por medio de un hombre, de Jesucristo, el mediador de la Nueva Alianza; es decir, no solamente se puede descubrir con el ejercicio de la inteligencia que la creación exige un Creador, y aceptar que existe un Dios capaz de crear lo que ha creado. Ahora en Jesucristo, en este Hijo de Dios encarnado que se ha hecho igual que los hombres, descubrimos que no solamente Dios ha creado al hombre sino que también lo ama y tiene un proyecto para cada uno y para los que forman comunidad en la Iglesia.

 

Por tanto, el hombre se debe a Dios no solo como a su Creador, sino como a Dios Redentor, que una y otra vez está para ayudar y que considera a toda persona como hijo suyo en el Hijo único Jesucristo. Ésta es la manera como se tiene que relacionar el hombre con Dios, con humildad descubriendo su grandeza, y con la sencillez filial de hijo reconociéndolo como Padre.

 

¡Qué hermoso es este credo! ¡Qué hermoso es este mensaje, del cual cada uno es portador! ¡Éste es el Dios que ha revelado Jesucristo! No el que se imagina cada persona en su mente.

 

En el Evangelio refiere Jesús dos actitudes para la relación con los demás. La primera actitud con una parábola, resaltando que el invitado a un banquete no debe elegir el mejor lugar, sino esperar con humildad y sencillez a que le asignen su puesto.

 

En esta parábola Jesús enseña que lo importante es estar en torno a la mesa y no el puesto que se ocupe en ella. Con ello recuerda que todos los seres humanos están llamados a la mesa del banquete del Reino de Dios, y eso es lo importante. El lugar que ocupemos, a la derecha o a la izquierda, el más cercano o el más distante, no importa porque lo fundamental es participar. La actitud de la humildad se vive reconociendo la propia dignidad y la de los otros. Hay lugar para todos en el proyecto de Dios.

 

La segunda actitud señalada por Jesús es que la mayor satisfacción no viene de ofrecer cosas para ser recompensados, ello ayuda para la propia autoestima, que reconozcan lo que se hace y la ayuda a los demás. Sin embargo, la mayor satisfacción dice Jesús, es cuando ayudas a alguien  que de ninguna manera te podrá recompensar lo que has hecho por él.

 

¿Porque es la mayor satisfacción? Porque Dios mismo la tiene por experiencia, esa  es la forma en que actúa Dios. ¿Quién puede recompensarle a Dios todo lo que ha hecho por cada persona, todo  lo que ha hecho por los hombres, no solo en esta vida, sino en la vida eterna? ¿De qué manera se le puede pagar? ¿De qué manera se le puede recompensar? Por eso cuando se ayuda a un marginado, a un adicto, a un hombre necesitado, a un pobre o cualquiera que no puede recompensar, se está teniendo la experiencia que tiene Dios con el hombre, y ahí está la experiencia del amor.

 

Que el Señor ayude a cada uno a recorrer el camino del amor, en especial en este año de la misericordia. Que así sea.

 

 

+Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla