Homilía
Domingo de Ramos
"Dios nos ama tanto que ha dado la vida por nosotros en la cruz"
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy iniciamos la Semana Santa, celebramos al Santo de los santos, a Cristo Nuestro Señor, esta semana está inundada del amor de Dios, celebramos los misterios centrales de nuestra fe y vemos cómo Dios nos ama tanto que ha dado la vida por nosotros en la cruz y el Padre lo resucita al tercer día.
Antes de la celebración eucarística hicimos la bendición de los ramos, de las palmas, para recordar cuando Jesus entró a Jerusalén, no fue una entrada triunfal porque entró en un burrito de una manera muy humilde pero podemos decir que se dejó querer, la gente lo aclamaba, lo vitoreaba “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!, ¡Hosana al Hijo de David!” y así ustedes han traído sus palmas y las agitaban para aclamar al Señor. Podríamos decir que fue un día de júbilo, pero Jesús, ya en su corazón, sabía que su hora estaba cerca.
Acabamos de escuchar la pasión según San Lucas, ese drama donde no hay palabras porque la misma lectura nos va diciendo lo que pasó en Jerusalén, lo importante siempre cuando escuchamos esta pasión -que solamente son dos veces al año, hoy Domingo de Ramos, donde se toma alguno de los textos de los evangelistas sinópticos, hoy fue Lucas, el siguiente año Mateo y luego Marcos, y el viernes santo se lee la pasión según San Juan-, aquí lo fundamental es que seamos protagonistas y nos retratemos, ¿a quién nos parecemos de esa infinidad de personas que pasaron en la pasión del Señor? A aquellos que lo aclamaban con las palmas y que, tal vez, después eran los que gritaban “¡crucifícalo, crucifícalo!”, ¿nos parecemos a Pedro que lo negó diciendo “yo no lo conozco”?, ¿nos parecemos a los que acompañaban a Jesús con lagrimas en el viacrucis camino al Gólgota?. Pedro se equivocó pero después se arrepintió.
Esta es una semana en que, aun cuando uno habla de Semana Santa, la mayoría de las personas piensa en vacaciones, en descanso, y qué bueno, después de mucho trabajar, de muchas actividades es bueno descansar en familia, pero también dejar espacios para contemplar los misterios, lo que hizo Dios por nosotros, nosotros creemos en un Dios que nos ama, en un Dios cercano, en un Dios que dio la vida por nosotros y por eso les decía al principio que la palabra más importante es amor, lo querían desviar del camino pero Él siempre siguió firme haciendo la voluntad del Padre.
Que esta Semana Santa sea un semana de muchos frutos, que podamos también nosotros compartir nuestra fe, como decía antes, al tener esta palma, recordemos que tememos un compromiso de evangelizar.
Esta querida Arquidiócesis ha tenido todo un proceso de renovación pastoral y quiere ser una Iglesia en salida, una Iglesia misionera, pero no puede haber nueva evangelización si no hay nuevos evangelizadores.
Necesitamos nosotros evangelizar, platicarle a la gente, narrarle a la gente la historia de Jesús de Nazaret que dió la vida por todos nosotros y eso le da sentido a nuestra vida; los invito para que vivamos esta semana con mucha fe, com mucha devoción estos días santos y que deje en nuestro corazón muchos frutos, que vayamos haciendo este camino hasta llegar a la pascua del Señor.
Así sea.
+ Mons. José Antonio Fernández Hurtado
Arzobispo de Tlalnepantla