Vigilia Pascual
¡Ha resucitado!
Muy queridos hermanos y hermanas en el Señor Jesús, esta es la verdad más grande para los cristianos, la resurrección del Señor, es lo que le da sentido a nuestra vida.
Empezamos en el miércoles de ceniza la cuaresma y recordamos cómo la Iglesia propone un camino que tiene como meta la Pascua del Señor. Han sido días muy intensos, la Semana Santa donde vivimos los misterios centrales centrales de nuestra fe.
La pasión, muerte y resurrección del Señor, y esa es la gran noticia que resuena en todo el mundo y esa noticia es el parteaguas en la historia de la humanidad, si Cristo no resucitó, apaga y vámonos, vana es nuestra fe, pero si Cristo resucitó es algo que debe alegrarnos a todos, porque con su resurrección el Señor nos abre a todos el Reino de los Cielos y también su vida, sus obras, sus milagros, pues nos dicen cómo debemos nosotros comportarnos.
Él es el camino, la verdad y la vida. Y quien ha venido hoy esta noche aquí a la Catedral de Corpus Christi ha de ser una experiencia. Escuchamos al inicio como esta celebración tiene cuatro partes y es importante que nosotros la entendamos, la comprendamos para que adquiera mayor sentido
Y la primera parte, que se le llama la liturgia de la luz o lucernario, cuando entramos con el cirio pascual Cristo luz del mudo, principio y fin, alfa y omega, Él es el centro de nuestra fe, y lo hicimos con velas, por que también nos recuerda las vírgenes que están con la lámpara encendida, esperando que llegue el esposo y las invite a entrar en el banquete celestial
También nosotros debemos tener ese anhelo, de entrar un día al Reino de los cielos
Y la segunda parte que se llama la liturgia de la palabra donde escuchamos un resumen que podemos decir de la historia de la salvación, nueve lecturas, hasta llegar al Evangelio, donde se va viendo la presencia de Dios, ese Dios que nos ama y que toma la iniciativa, que hermoso es que alguien tome la iniciativa y Dios sale al encuentro de nosotros, porque nos quiere, porque nos ama y quiere nuestra salvación, hay una historia de la salvación, pero la salvación se sigue dando, y por eso la salvación se da en nuestra historia.
Pero dentro de unos momentos, vamos a iniciar la tercera parte que se llama la liturgia bautismal. Y hay una persona, que va a ser bautizada y también va a recibir la confirmación y la Eucaristía, los sacramentos de iniciación a la vida cristiana, bautismo, confirmación y Eucaristía.
Quiero ver quién es la que va a recibir, levante la mano. Sarahí va a recibir estos tres sacramentos, y lo hermoso es que nosotros no digamos, se va a alargar la celebración, que no digamos eso, si no que renovemos nosotros esos Sacramentos que recibimos.
El bautismo, la puerta de entrada a la gran familia del Señor, a la gran familia de Dios. La confirmación, recibir al Espíritu Santo, para que des testimonio del Señor y la Eucaristía para que te fortalezca en el camino de la vida. Así que hoy tu vida va a cambiar Sarahí, por que te vas a comprometer con Jesucristo en la Iglesia.
Y después de la liturgia bautismal, pasaremos a la última parte, que ustedes la conocen muy bien, que se llama la liturgia eucarística, que es a partir del ofertorio, que culmina con la comunión.
Salgamos hoy de esta celebración felices, porque nosotros creemos en un Cristo vivo, en un Cristo resucitado y en este mundo, donde hay tanto individualismo, materialismo , donde mucha gente que no cree en Dios, nosotros les proclamemos que Jesucristo ha resucitado.
Y no solo sea con nuestra voz, si no sobre todo con nuestras obras, con nuestras actitudes. Que el Señor resucitado nos llene de alegría a todos esta noche.
¡Que así sea!
José Antonio Fernández Hurtado
Arzobispo de Tlalnepantla