HOMILíA EN VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

December 31, 1969


HOMILíA EN VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

 

Homilía 

Vigilia Pascual en la Noche Santa

 

Queridas hermanas y hermanos, amigos y amigas, les saludo a todos con este gozo pascual a todos los que desde sus casas, desde sus hogares están siguiendo esta magna celebración de la Vigila Pascual, tanto en nuestra querida Arquidiócesis de Tlalnepantla, como en distintos puntos de la república mexicana y también en el extranjero.

Hoy, esta noche, la gran noticia es que Cristo ha resucitado, quiero recordarles, que desde el miércoles de ceniza iniciamos la cuaresma, venimos haciendo este camino, pero teníamos una meta, llegar a la Pascua del Señor y por eso la liturgia, la Palabra de Dios, durante estas semanas anteriores nos ha ido preparando el corazón, nos ha ido ayudando para que nos convirtamos y ya esta Semana Santa nos hemos ido acercando para llegar al Triduo Pascual de celebrar los misterios de la muerte y Resurrección del Señor.

Esta celebración podemos decir que es la madre de todas las noches porque hemos esperado como aquellas vírgenes prudentes a que llegara el Señor a invitarnos a su casa; seguramente que ustedes están con mucha devoción en sus hogares, es una celebración que tiene cuatro partes:

1 La liturgia de la Luz

2 la liturgia de la Palabra

3 La liturgia Bautismal

4 La liturgia Eucarística

Iniciamos nuestra celebración con la bendición del fuego donde encendimos el cirio Pascual y donde se cantó el pregón; este cirio que tiene el año 2020, pero también tiene la primera letra del alfabeto griego Alfa y Omega, porque Dios es el dueño del tiempo, a Él la gloria y el poder, pero también se han insertado algunos granitos para recordar las llagas del Señor, morir para vivir. Jesucristo da la vida por nosotros, pero el Padre lo resucita.

La segunda parte de esta celebración, la liturgia de la Palabra, donde hemos saboreado la Palabra de Dios, donde hemos ido haciendo el recorrido de la Historia de la Salvación, desde el inicio, cómo vamos descubriendo que Dios es el creador del universo y es quien pone al hombre y a la mujer en el centro de la creación y nos hace a su imagen y semejanza, es un Dios cercano, es quien siempre toma la iniciativa y que no quiere la opresión, sino la libertad, Dios va acompañando a su pueblo y lo libera de la esclavitud, es un Dios que siempre está cercano a su pueblo y lo invita a caminar para llegar a la tierra prometida y escoge a los profetas para que vayan indicando el camino y cómo el ser humano, que tiene un corazón de piedra, falla, peca, pero Dios siempre sale a su encuentro y es misericordioso, Él va preparando a su pueblo para que llegue en Salvador, el Mesías, y escuchamos el Evangelio, esa gran noticia que hoy, en medio de las circunstancias en que nos encontramos, debe cenar nuestro corazón de esperanza y de alegría.

Más adelante tenemos la tercera parte que es la liturgia bautismal y dónde el elemento fundamental es el agua que nos recordará a nosotros que somos hijos e hijas de Dios y eso tiene sus consecuencias porque tenemos que preguntarnos esta noche si estamos viviendo con esa dignidad, como hijos de Dios, como hermanos entre nosotros.

La cuarta parte de nuestra celebración es la Liturgia Eucarística, donde presentaremos pan y vino, fruto de la tierra y del trabajo del hombre y queremos que Dios lo bendiga, esos frutos se convertirán en su cuerpo y en su sangre, no tendrán oportunidad de recibir sacramentalmente, pero sí espiritualmente, con el deseo de estar en comunión con el Resucitado, con Jesucristo nuestro Señor.

Esas cuatro partes que tiene esta celebración de la Vigilia Pascual, que nos llene a todos, como les decía, de esperanza. Estamos preocupados por la situación, pero hoy más que nunca nadie debe sentirse solo, sino que debemos sentir la presencia de Jesús, el Resucitado; debemos sentir la presencia de la Virgen María, de Santa María que también quiere acompañarnos y nos invita a tener una actitud, en estos días de incertidumbre, de no dejar que nadie se sienta solo.

Sabemos que está Dios y María, pero también estamos nosotros y debemos ayudarnos entre familia, ayudar a aquellos que más lo necesitan. Tenemos un corazón que Dios nos dio para amar y sin duda que ese amor lo demostramos siendo positivos, siendo solidarios, siendo hermanos.

Que esta noticia llene nuestra vida de sentido y hoy sintamos que Jesús nos dice también a nosotros: “¡comuniquen a los demás lo que han visto, he resucitado!”.

 

+ José Antonio Fernández Hurtado

Arzobispo de Tlalnepantla