Todo lo que pierdes es un paso que das, no tienes por qué tener miedo
La PAJUV en esta ocasión realizó la asamblea juvenil para la zona 7 el sábado 28 de octubre, en la parroquia de Santa Ana, ubicada en Av. Adolfo López Mateos y Cipreses. Los jóvenes de los distintos decanatos se reunieron como una sola familia en las instalaciones de dicha parroquia para tener un acercamiento al Plan Pastoral dentro del caminar de nuestra Iglesia diocesana. Comenzó con dinámicas integradoras, presentación del equipo de la PAJUV y una cálida bienvenida por el Vicario Episcopal el Pbro. Alfredo Cruz Servín. La asamblea tuvo como objetivo hacer una reflexión sobre aquellas cosas que observamos en nuestra zona, las que lastiman e incomodan, pero también lo bueno que existe en ella, todo esto a manera de mesas de dialogo donde los jóvenes convivieron con otros fomentando así una verdadera fraternidad.
¿Qué tendrá ese Jesús que en pleno siglo XXI tantos jóvenes lo siguen? Precisamente, los jóvenes contaron un poco de su experiencia dentro de los grupos juveniles, las actividades que realizan, la realidad que contemplan y cómo a pesar de los problemas y de los buenos momentos se dan cuenta de que “los problemas de los jóvenes son mis problemas, porque soy Iglesia y ellos también”. A través de esta asamblea se buscó reflexionar a través de conversatorios sobre la importancia de los jóvenes en la sociedad y en la Iglesia. En efecto, la actividad fue enriquecida con la participación de Hermanas religiosas, seminaristas, el Pbro. Rodrigo Medina y por supuesto los mismos jóvenes de la zona 7 que estuvieron coordinando de manera activa y fraterna cada momento. Fue una experiencia enriquecedora para fomentar la participación de los jóvenes en nuestra Arquidiócesis de Tlalnepantla, escuchar lo que les aqueja, sus logros y sobre todo para ser conscientes de que en los jóvenes está el futuro de nuestra Iglesia y que podemos confiar en ellos.
Además de vivir una mañana de diálogo y escucha, los jóvenes tuvieron un momento de adoración frente a Jesús Sacramentado, donde compartieron con Él cómo es la Iglesia que sueñan, la realidad que viven en sus parroquias, en su entorno y sobre todo su testimonio de fe. Fueron consientes de los retos de nuestros tiempos, pero sobre todo que juntos podemos hacerles frente. Los jóvenes de la zona 7 después de esta asamblea pueden decir que Jesús es real, los llamó a cada uno por su nombre, cambió su vida y que si nos animamos a conocerlo y aceptar todo lo que eso implica entonces puede cambiar la nuestra.