Sean firmes en su respuesta al llamado que Dios
El pasado domingo 21 de abril, IV Domingo de Pascua, conocido como el Domingo del Buen Pastor, el Seminario de Tlalnepantla se dio cita en la Catedral de Tlalnepantla por un motivo particular y verdaderamente especial. Nos reunimos a celebrar la Sagrada Eucaristía, presidida por nuestro Arzobispo Mons. José Antonio Fernández Hurtado, y también fuimos testigos de cómo seis seminaristas, hermanos nuestros, fueron presentados como candidatos al orden sagrado: Luis Neftalí Pancardo, Juan Carlos Cortés, Santiago Yarid Cortés, Eduardo Armando Duarte, David García y Carlos Enrique Vázquez.
La celebración de la Eucaristía se llevó a cabo de manera ordinaria, y fue posterior a la homilía de nuestro Arzobispo que dio inicio el rito de admisión como candidatos a las órdenes sagradas de estos hermanos. Primero fueron llamados por su nombre, y al estar frente al obispo él les hizo un recuento de su formación en el Seminario, y de las nuevas responsabilidades y deberes que adquirían al ser presentados públicamente como candidatos al Orden Sagrado.
La admisión al Orden Sagrado es un reconocimiento del proceso vocacional por parte de la Iglesia, el cual es aceptado por el Obispo tras el testimonio de los formadores, y el escrutinio en el que se les pregunta por su intención de respuesta a la llamada del Señor, con el compromiso de servir fielmente a Cristo y a la Iglesia.
Terminada la introducción, el Mons. José Antonio Fernández les hizo un interrogatorio común en el que los candidatos aceptan libremente los nuevos compromisos a los que están obligados, en fidelidad y en servicio a sus hermanos. En la oración de los fieles se pidió especialmente por estos aspirantes, quienes quieren dedicarse al culto divino poniéndose al servicio del pueblo de Dios, para que perseveren en su vocación y puedan servir dignamente un día como sacerdotes.
Finalmente el obispo dio su bendición a estos hermanos animándolos a seguir con rectitud su proceso, todo esto con la ayuda de Dios quien llama y ama a cada uno de nosotros.
Como pueblo de Dios, nos alegramos por estos hermanos seminarista a los cuales Dios llama a vivir la plenitud de vida en la vocación del ministerio sacerdotal. Pedimos al pueblo de Dios no olvidar en sus oraciones a estos hermanos, para que sean firmes en su respuesta al llamado que Dios, y puedan, en un futuro, guiar a las comunidades a imagen de Cristo, Buen Pastor.
Seminarista Eduardo Armando Duarte
Seminario de Tlalnepantla