¡Con Alma, Vida y Corazón!
Dejándolo todo en la cancha
Con la ronda final disputada el pasado domingo 21 de abril de 2024 en las instalaciones del Colegio Cristóbal Colón, ha llegado a su fin la primera edición del Torneo del Buen Pastor.
A lo largo de seis jornadas este maravilloso torneo nos brindó experiencias extraordinarias en la cancha y fuera de ella. Juntos observamos cómo crecían los equipos en cantidad, en competitividad, pero, sobre todo, en fraternidad. No cabe duda que la realidad ha superado las expectativas de este torneo, los jóvenes que iniciaron hace algunos meses no son los mismos que hoy han dejado la vida en la cancha.
La fase regular del torneo se desarrolló en un clima de competencia y amistad. Los jóvenes que participaron en ella jugaron cada semana por calificar a la tan ansiada fase final. En este camino de victorias y derrotas a lo largo de varios meses, los jóvenes no sólo acumularon puntos, sino que ganaron amistades, conocieron la realidad de otras comunidades de la diócesis y se encontraron con más jóvenes como ellos a los que ahora los unen el deporte, la fe y la alegría de compartir la vida.
Ya en la fase final, los equipos llegaban al colegio a una auténtica fiesta arquidiocesana. Los ocho equipos de las diversas parroquias de la arquidiócesis estuvieron presentes desde las dos de la tarde, junto con sus porras; y entre tambores, bocinas y canticos de aliento todos estábamos listos para dar comienzo a la fase final del torneo.
Los partidos comenzaban y por un momento, lo que empezó como un torneo entre parroquias parecía una fiesta mundialista. Los equipos pusieron toda el alma en la cancha y se batieron en intensos duelos en los que nadie quería quedar fuera de la siguiente ronda. En un mismo día se jugaron cuartos, semifinales y la tan ansiada final.
La jornada inició de una manera algo predecible, pues los primeros cuatro lugares de la tabla fueron los que calificaron a las semifinales; sin embargo, en la siguiente ronda se desataron las sorpresas, iniciando por un primer lugar que quedaba eliminado frente el cuarto de la tabla que plante un partido aguantando en la defensiva y jugando al contragolpe. Pero las sorpresas no pararon ahí, sino que en la otra semifinal se batieron en feroz duelo el segundo y tercer lugar de la tabla, el partido fue cardiaco, el tiempo regular terminaba 0 a 0 después de un penal atajado por la arquera de Agnus Dei; Todo se definía en los penales y fue ahí donde Discípulos de Jesús logro tan ansiado pase a la final.
Los duelos de la final y el tercer lugar fueron simultáneos, nadie quería quedarse fuera del podio, pero el cansancio ya era notable a esta altura de la jornada, lo que hizo que los partidos se jugaran con más corazón que musculo. Los cuatro equipos dejaron todo en la cancha y al final de la Jornada MFC Tlalnesoccer se alzó como el primer campeón oficial de este torneo, teniendo a Discípulos de Jesús en segundo lugar y a Real Remedios F.C. con una honrosa tercera plaza.
Quien también estuvo presente desde la patada inicial fue Mons. José Antonio Fernández Hurtado, quien vivió apasionadamente cada uno de los encuentros, gritando los goles desde el fondo del pecho y alentando a cada uno de los jóvenes a ir por la victoria. En la jornada también nos acompañaron el Pbro. David Granillo Portillo y Mons. José Martín Méndez Padrón, quienes llegaron a alentar a los equipos de sus parroquias que estuvieron presentes en esta gran fiesta.
Sin duda que fue ha sido una jornada que quedará ´para la historia, con más de 200 jóvenes congregados se cierra esta etapa del proceso de Deporte-es que nos ha regalado auténticas joyas en la cancha y fuera de ella. Felicitamos a los campeones de MFC y a los párrocos y parroquias que se han involucrado en este proceso pastoral. De igual manera hacemos la invitación a las parroquias que gusten unirse al proceso para que estén atentas a nuestras redes sociales o pregunten a su párroco por más información para unirse a este proceso, en el que se juega CON ALMA, VIDA Y CORAZÓN.
Seminarista Angel Luna Leyva
Seminario de Tlalnepantla